Aspectos Clave:

Durante las primeras sesiones del mes, los mercados prosiguieron con los descensos vistos en septiembre ante el miedo a un posible escenario estanflacionista. Las cifras de inflación publicadas siguen manteniéndose en cotas muy elevadas (5,4% en USA y 3,4% en Europa) mientras que los principales indicadores de crecimiento muestran señales de deterioro. A lo anterior contribuyó en gran medida la importante escalada de los precios de la energía. Destacó el petróleo que en su referencia WTI alcanzó un máximo de 85,41$/barril nivel que no se tocaba desde 2012.
No obstante, las bolsas revertieron completamente la tendencia y permitieron cerrar el mes con ganancias importantes llegándose a ver nuevos máximos históricos en Wall Street. En octubre se inicia un periodo estacionalmente alcista que suele durar hasta el cierre del año. Además, en esta ocasión ayudó un arranque muy positivo de la campaña de resultados correspondiente al 3T. La lectura de las Actas de la Fed confirmó el posible calendario del Tapering. Se anunciaría de forma inminente durante la reunión de noviembre. Arrancaría en diciembre y finalizaría a mediados de 2022. Se reduciría en 15.000 millones al mes el volumen de compras. A destacar el hecho de que únicamente la mitad de los miembros de la Fed se muestran partidarios de subir tipos antes de diciembre 2022.
Por su parte, en la reunión del BCE se volvió a confirmar que para la institución el repunte de la inflación sigue siendo temporal. A pesar de ello, Lagarde comunicó que los niveles de precios elevados serían más duraderos de lo previsto y que antes de iniciar una caída en el IPC probablemente se verían más ascensos.
En cuanto a la deuda, se apreció un notable repunte de la volatilidad, tanto en USA como en Europa. La TIR del 10Y USA subió hasta el 1,70% para después caer con cierta intensidad. Desde que comenzó la actual tendencia bajista a mediados de agosto, el 10 años norteamericano se ha dejado cerca de un 4,0% en precio. En Europa prosiguió la tendencia negativa que los bonos gubernamentales vienen mostrando durante los últimos meses. El efecto contagio a las emisiones corporativas empieza a ser importante. Destaca la referencia del 10 años alemán que llegó a cotizar cerca del terreno positivo cuando en agosto situaba su TIR cerca del -0,50%.

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